1929-30: SIN NOVEDAD EN EL FRENTE
- Pablo Vela
- 3 jul 2024
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 6 jul 2024
por Pablo Vela
Estrenada en 1930, Sin novedad en el frente (All Quiet on the Western Front) es una de las obras cinematográficas más emblemáticas y conmovedoras sobre la Primera Guerra Mundial. Dirigida por Lewis Milestone y basada en la novela homónima de Erich Maria Remarque, la película ofrece una representación cruda y desgarradora de la vida en las trincheras, alejándose de la glorificación de la guerra para revelar su verdadera naturaleza: brutal, deshumanizadora y devastadora.
En el contexto de su estreno, la película no solo reflejaba el trauma reciente de la Gran Guerra, sino que también respondía a una sociedad que aún lidiaba con sus secuelas. Con un enfoque en la experiencia de los soldados alemanes, trasciende fronteras nacionales para transmitir un mensaje universal sobre la futilidad del conflicto armado. La obra recibió una acogida crítica sobresaliente y ganó varios premios, incluidos los Oscar a la Mejor Película y al Mejor Director, aunque también enfrentó censura y controversia en varios países debido a su poderoso contenido antibélico.
SINOPSIS:
Cine de adaptación de la famosa novela antibelicista de Erich María Remarque. Paul Baumer junto a un grupo de estudiantes, se ofrecen voluntarios para el ejército, después de que la Primera Guerra Mundial estalle.
En la formación de oficiales de reserva se dan cuenta de que la vida de un soldado no es un juego de niños. Sin embargo el espíritu patriótico les termina absorbiendo por completo y deciden experimentar al máximo la crueldad y el belicismo. Tanto es así que todos ellos terminan poniendo en peligro su integridad física y psicológica. (SENSACINE)
TEMAS
La película aborda varios temas profundos y complejos relacionados con la experiencia de los soldados durante la Primera Guerra Mundial.
El tema principal, que agrupa dentro de si el resto de temas, es la deshumanización que sufren los soldados en el frente. Se retrata de manera cruda cómo la guerra transforma a los soldados, despojándolos de su humanidad y sometiéndolos a una violencia constante e inhumana. Desde el principio, vemos a los jóvenes soldados transformarse rápidamente de estudiantes idealistas y patrióticos en combatientes endurecidos y traumatizados. Esto va de la mano con otro tema principal de la película, que es la pérdida de inocencia.
Al inicio de la película, Paul Bäumer y sus compañeros de clase son presentados como jóvenes idealistas llenos de patriotismo y entusiasmo por servir a su país. Sin embargo, esta visión romántica de la guerra se desvanece rápidamente cuando enfrentan la realidad del combate. Una figura significativa en esta etapa inicial es el cartero del pueblo, Himmelstoss. Antes de la guerra, Himmelstoss era una figura familiar y respetada, conocido por su trabajo como cartero. Sin embargo, una vez en el ejército, su rol cambia drásticamente y se convierte en un instructor despiadado y autoritario. El rol de Himmelstoss y su actitud hacia sus antiguos vecinos y colegas representa cómo la guerra puede transformar a las personas y sacar a la luz aspectos oscuros de su personalidad.
La brutalidad de la guerra se hace aún más evidente una vez que llegan al frente. Las explosiones, el fuego de ametralladoras y los ataques de artillería crean un entorno en el que la muerte está siempre presente.
Los soldados deben adaptarse rápidamente a esta realidad para sobrevivir.
La muerte de compañeros cercanos es una experiencia devastadora que acentúa la deshumanización.
La muerte de Kemmerich es una de las primeras y más impactantes. Paul observa impotente cómo su amigo muere lentamente en un hospital de campaña, víctima de una herida en la pierna. Paul busca ayuda para su amigo, pero la respuesta de los médicos es de una frialdad escalofriante. Están desensibilizados por la inmensa cantidad de soldados heridos y moribundos, y tratan a Kemmerich como si ya estuviera perdido. Para los médicos, Kemmerich es simplemente un número más, una baja inevitable en el balance interminable de la guerra.
Además de a nivel físico y material, la guerra también deshumaniza a los soldados a nivel psicológico. Los soldados viven en un entorno de barro, ratas y cadáveres. La constante exposición a la violencia extrema y la necesidad de estar siempre alerta afectan su salud mental, llevándolos al borde de la locura.
Un momento clave es cuando Paul mata a un soldado francés en combate cuerpo a cuerpo. Después de apuñalarlo, Paul queda atrapado en la misma trinchera con su víctima, observando cómo muere lentamente. Este encuentro personaliza al enemigo y provoca una crisis emocional en Paul, quien se da cuenta de la humanidad del hombre al que ha matado. Paul termina pidiendo perdón y totalmente arrepentido de lo que ha hecho.
Paul con el soldado francés (Sin novedad en el frente, 1930) (vídeo en inglés)
La desconexión entre los soldados y la vida civil es otro aspecto de la deshumanización que aborda la película. Cuando Paul regresa a casa con permiso, se siente completamente alienado de su vida anterior. La gente en casa, incluida su familia y amigos, no puede comprender la realidad de la guerra, y Paul se siente incapaz de comunicarse con ellos sobre sus experiencias. Esta desconexión refleja cómo la guerra ha cambiado su identidad y percepción del mundo, y cómo la deshumanización en el frente tiene un impacto duradero. En este contexto, se da una secuencia increíble, en la que Paul habla sobre la realidad de la guerra, pero hablaremos de esto más adelante.
Dejando la deshumanización reflejada constantemente a lo largo de la película a un lado, es más que evidente que Sin novedad en el frente es fundamentalmente una obra antibélica. Una de las críticas más evidentes que la película presenta es la inutilidad y el sinsentido de la guerra. Los combates no tienen un propósito claro más allá de la perpetuación del conflicto y la máquina de guerra, lo que resalta la arbitrariedad de la violencia y el sufrimiento que causa.
En una escena, vemos a los soldados alemanes descansando durante un breve momento de calma en el frente. La conversación entre ellos se convierte en un debate sobre el por qué están peleando en la guerra. Cada soldado expresa su punto de vista sobre la naturaleza de la guerra y la falta de sentido en la muerte y el sufrimiento que experimentan. Se trata el tema de forma magistral, utilizando el humor y la ironía para criticar lo absurdo de la guerra. Finalmente, no llegan a ninguna conclusión, y cierran el debate del mismo modo, con ironía y humor.
Soldados debatiendo el por qué de la guerra (Sin novedad en el frente, 1930)
Otra escena remarcable es cuando durante un permiso en su ciudad natal, Paul entra en un bar donde escucha a civiles discutir acaloradamente sobre estrategias y movimientos en un mapa militar. Los civiles, lejanos del frente de batalla, especulan sobre las acciones de los soldados como si fueran simples piezas en un juego estratégico. Esta escena resalta la desconexión entre quienes están directamente involucrados en el combate y aquellos que toman decisiones desde la distancia, mostrando cómo la guerra se percibe y se discute de manera abstracta y desvinculada de las realidades humanas y emocionales en juego.
Otro ejemplo se da cuando Paul regresa a su antigua escuela para hablar sobre su experiencia en la guerra. En contraste con el discurso patriótico inicial del profesor que incita a los jóvenes a unirse al ejército con honor y deber, Paul ofrece un discurso crudo y desgarrador sobre la realidad de la guerra. Él desmitifica el heroísmo y la gloria militar, describiendo la brutalidad, el miedo constante y la pérdida de camaradas como las verdaderas experiencias de un soldado. Paul insta a los jóvenes a cuestionar las narrativas de guerra idealizadas y a considerar las verdaderas consecuencias humanas de la violencia armada.
Discurso patriótico pro-guerra del profesor (Sin novedad en el frente, 1930)
Discurso de Paul sobre la guerra (Sin novedad en el frente, 1930)
El discurso inicial del profesor, cargado de romanticismo y nacionalismo, contrasta marcadamente con la narrativa honesta y desilusionada de Paul. Mientras que el profesor destaca el deber patriótico y la valentía en el campo de batalla, Paul revela las realidades crudas de la guerra: la desesperación, la deshumanización y la pérdida de la juventud y la inocencia. Esta comparación subraya el contraste entre la propaganda que glorifica la guerra y la realidad devastadora que enfrentan quienes están directamente involucrados en ella.
Podríamos estar todo el día hablando de escenas maravillosas que dejan en evidencia el antibelicismo de la película, pero para terminar hablaremos de una de las escenas más conmovedoras y críticas, que destaca precisamente por no utilizar nada de voz y expresarlo todo mediante imágenes. Estamos hablando del final de la película, de la última secuencia. En esta ocasión se muestra a Paul extendiendo su mano hacia una mariposa, simbolizando su último intento de conectar con algo bello y pacífico en medio del caos y la destrucción que lo rodea.
Después, la película continúa con una sobreimpresión visual que refuerza el mensaje final sobre los horrores y las consecuencias de la guerra. Se muestra a un grupo de soldados mirando hacia atrás, y simultáneamente, un cementerio lleno de cruces blancas, cada una representando a un soldado que ha perdido la vida en el conflicto. Esta imagen, profundamente simbólica y conmovedora, evoca un sentimiento de nostalgia, de reflexión y quizás de remordimiento por lo vivido y por lo perdido en la guerra.
Secuencia final (Sin novedad en el frente, 1930)
El cementerio de cruces no solo sirve como un recordatorio gráfico de las vidas sacrificadas en la guerra, sino que también refuerza el mensaje central de la película sobre la inutilidad y el sinsentido del conflicto armado. Es un llamado visual a la reflexión sobre las decisiones políticas y militares que llevan a jóvenes soldados como Paul y sus compañeros a enfrentarse en batallas sin sentido, con consecuencias devastadoras y perdurables.
RECEPCIÓN Y CENSURA
La película fue recibida con aclamación crítica por su valiente representación de los horrores de la guerra. La película fue elogiada por su realismo crudo y su poderosa crítica antibélica. Los críticos elogiaron especialmente la dirección de Lewis Milestone y las actuaciones convincentes de los actores, destacando la capacidad de la película para transmitir emociones profundas y universales sobre la guerra y la juventud perdida.
Aunque la película fue un éxito crítico, su recepción en taquilla fue más mixta. A pesar de ganar el Oscar a la Mejor Película, "Sin novedad en el frente" enfrentó dificultades para atraer a audiencias más amplias debido a su tema y tono sombrío. Sin embargo, con el tiempo, se convirtió en un clásico y una película de culto, especialmente valorada por su representación honesta y sin adornos de la guerra.
En Alemania, la recepción de "Sin novedad en el frente" fue marcada por la censura y la oposición feroz por parte del régimen nazi, que había llegado al poder en 1933. Fue vista como una amenaza directa a la narrativa propagandística que los nazis intentaban imponer sobre la Primera Guerra Mundial y el papel de los soldados alemanes en ella.
En junio de 1933, apenas unos meses después de llegar al poder, los nazis prohibieron la proyección pública de la película en Alemania y ordenaron confiscar todas las copias. Además de la película, los nazis tomaron medidas enérgicas contra la novela de Remarque en la que se basaba, así como contra otras obras literarias que consideraban contrarias a su ideología. En actos de censura cultural, los nazis llevaron a cabo quemas públicas de libros que consideraban "degenerados", incluyendo obras de autores judíos, comunistas, socialistas y antibélicas como Remarque.
La prohibición y la represión contribuyeron a la notoriedad internacional de la película y a su percepción como una obra valiente y necesaria que desafiaba las narrativas belicistas y autoritarias. No se volvió a legalizar en Alemania hasta después de la Segunda Guerra Mundial y la caída del régimen nazi en 1945.
CONCLUSIÓN
Sin novedad en el frente es una obra maestra que continúa resonando profundamente a lo largo del tiempo debido a su tratamiento honesto y desgarrador de los horrores de la guerra.
En última instancia, no solo es una crítica a la guerra, sino también una celebración de la humanidad y una advertencia sobre los peligros de la deshumanización en tiempos de conflicto. La película nos invita a reflexionar sobre nuestras responsabilidades colectivas para promover la paz y proteger la dignidad humana, recordándonos que las lecciones aprendidas del pasado son fundamentales para construir un futuro más justo y pacífico.
En un mundo donde las guerras y los conflictos persisten, Sin novedad en el frente sigue siendo una voz poderosa que nos exige confrontar las verdaderas consecuencias de nuestras acciones y decisiones. Es una obra atemporal que nos recuerda que la guerra no solo destruye vidas físicas, sino que también erosiona los valores más fundamentales de nuestra humanidad.
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